Implementación del Servicio de Extensión Agropecuaria PDEA Tolima, en el marco de la alianza entre la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
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Son las seis de la tarde en la finca de Ana Silvia Horta, una productora de café del municipio de Ataco en Tolima. Ella ya ha terminado sus labores del campo, toma su celular ‘flecha’ y marca el número indicado que de inmediato le da entrada a la conferencia que sostendrá por casi una hora con un capacitador y productores de café y cacao que, como ella, participan en Plan Departamental de Extensión Agropecuaria PDEA Tolima.
El proceso de formación es liderado por la ADR, con la cooperación técnica de la FAO, e implementado por la Empresa del Servicio de Extensión Agropecuaria (EPSEA), consorcio AgroTolima, -conformado por la Corporación Los Yarumos y la Organización Tiempos de Paz-.
Según la ADR, la extensión agropecuaria es “el servicio público de acompañamiento mediante el cual se gestiona el desarrollo de capacidades de los productores agropecuarios, su articulación con el entorno y el acceso al conocimiento, tecnologías, productos y servicios de apoyo; con el fin de hacer competitiva y sostenible su producción al tiempo que contribuye a la mejora de la calidad de vida familiar”.
Ana Silvia hace parte del grupo de 3.000 productores de café y cacao que habitan los municipios de Ataco, Ríoblanco, Chaparral y Planadas a quienes las circunstancias de la pandemia, los llevó a fortalecer sus habilidades en el manejo de sus teléfonos celulares, para acceder al proceso de formación de la PDEA.
“Lo primero que nos enseñaron fue a manejar mejor el flecha” cuenta Ana Silvia y afirma orgullosa que hoy ya sabe buscar los contactos y entrar a la sección de mensajes. Y no era para menos, el esfuerzo inicial se centró en explicar con mucho detalle cuáles son las partes del celular y cómo se usan. Según Andrea Peña integrante del consorcio “ese es un proceso que nunca acaba, siempre estamos recibiendo preguntas sobre cómo enviar mensajes o como entrar a las salas de conferencia”.
Ese era el primer paso de acercamiento. Previo a ese momento, explicó Camilo Lastra de la FAO, se realizó un análisis sobre las necesidades de conocimientos que requerían los productores con el fin de ser lo más efectivos y eficientes en el proceso de capacitación.
El desafío no era menor porque había que llegar a los 3.000 productores con un proceso de formación que abarcara las siguientes temáticas: fortalecimiento de las capacidades productivas en los aspectos técnicos –Buenas Prácticas Agrícolas, asociatividad y emprendimiento-; mercados y sellos de calidad; acceso y uso de TICs -telefonía móvil y redes sociales-; manejo de los recursos naturales -identificar acciones amigables con el ambiente-, y fomentar la participación de los productores en los escenarios existentes en la región.
Todo este proceso ocurre en simultánea con la pandemia que restringió viajes y reuniones grupales, por lo que se decidió restructurar la metodología e incluir la telefonía celular como una herramienta de formación básica, identificando como primer paso que el 45% de los productores utilizan celular convencional o el llamado flecha.
Ana Silvia ya sabe que para acceder a toda la información tiene que buscar la mejor ubicación en su finca para lograr la señal de internet: “Nos avisan cuándo es la hora de la conferencia o si nos van a mandar material. La responsabilidad de uno es buscar la señal para poder escuchar todo”.
Efectivamente, para los usuarios con el celular tradicional “se combinaron una serie de herramientas virtuales para hacer más entretenido el aprendizaje y despertar interés de los participantes”, explicó Andrea Peña.
Es así como ellos reciben a través de los mensajes de texto audios de 5 minutos. El formato varía: a veces se presenta en forma de noticiero, de radionovela o una conversación entre un técnico y un campesino.
La segunda herramienta son las conferencias con participación de varios productores. Es una clase de audio donde el tallerista explica una temática y los productores participan con preguntas. Para lograrlo, se desarrolló una plataforma que se adapta a los celulares convencionales.
El tercer elemento de formación son los folletos impresos que cada productor recibe en su finca y que tienen los mismos contenidos que se han enviado en los audios.
La formación es complementada con visitas a la zona, las cuales refuerzan los conceptos y se realizan con todas las medidas de bioseguridad necesarias. “Los productores reciben un servicio de extensión mixto que combina, educación a distancia, virtualidad y visitas presenciales, lo que resulta una innovación en estos tiempos de pandemia” puntualiza Alejandra Rubiano líder del proceso en la FAO.
¿Y si el celular es digital? Los productores que tienen este sistema también tienen un kit de herramientas de formación.
“Tenemos grupos de WhatsApp de entre 15 y 30 personas” explica Andrea Peña y por ese sistema se les comparte infografías en PDF, videos cortos, podcast, convocatorias a salas de audio, conferencias y cartillas digitales sobre cultivos de café y cacao; también de otros cultivos y temas que los productores solicitan como por ejemplo manejo de aguacate. Además, se atienden consultas personalizadas por medios digitales en temas agronómicos, socio empresariales y hasta legales.
A raíz de estás interacciones se han creado asociaciones nuevas y se han fortalecido otras. Esta herramienta además permite que los campesinos puedan hacer preguntas sobre sus cultivos, o sobre lo que está pasando en sus municipios, además de facilitar que se comuniquen entre vecinos o se convoque a reuniones comunitarias.
¿Qué han aprendido? Ana Silvia lo responde sin dudarlo: “de lo que me han enseñado, ya lo he puesto en práctica en mi finca como por ejemplo todo el manejo de abonos, organizar la finca, saber cuándo se debe cosechar, retirar la maleza y todo lo relacionado con el cuidado del medio ambiente. Eso me ha dado resultado porque antes yo gastaba mucho más y la producción no era tan buena”.
Ana Silvia, como muchos otros agricultores prefieren este sistema de formación porque no interfiere con sus labores de campo y puede escucharlo en compañía de su familia. Su sueño es que con los nuevos conocimientos mejore la calidad del café.
“Yo le digo a los campesinos que cuiden su celular, que, si tienen cómo, compren uno digital porque esa es una herramienta para aprender”, concluye Ana Silvia.