¡En el Bajo Calima, la paz tiene olor a cacao!
Luis Alberto Higuera, presidente de la Agencia de Desarrollo Rural, reconoció que este proyecto nace como un diálogo de todos los actores de la región para la construcción y la ejecución de las Maquetas de Paz. Foto: Lisa Trujillo.
- La Agencia de Desarrollo Rural, del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, entregó 1.400 millones de pesos a 34 productoras y productores de las comunidades negras en Buenaventura, Valle del Cauca.
- Se implementará un proyecto productivo para fortalecer y renovar los cultivos de cacao de las y los productores, en cumplimiento de los compromisos suscritos en el programa Maquetas de Paz.
Buenaventura (Valle del Cauca), 18 de junio de 2024 (@ADR_Colombia). Durante la Gira Semillas de Paz, la Agencia de Desarrollo Rural entregó un proyecto productivo para fortalecer y renovar los cultivos de cacao en el corregimiento Bajo Calima, del distrito de Buenaventura. La inversión de este proyecto asciende a los 1.400 millones de pesos y busca mejorar las condiciones productivas de 34 familias pertenecientes a la Asociación de Agricultores y Cacaoteros del Bajo Calima (ACABAC), en las veredas Colonia, San Isidro, Nueva Esperanza, Ceibito y Guadual.
El corregimiento donde se desarrolla la iniciativa se caracteriza por su biodiversidad y ubicación geográfica estratégica. Allí, las cuencas del río Calima y el Bajo San Juan conectan a Buenaventura con otras zonas del Valle del Cauca y el sur del Chocó. Y es esa localización privilegiada lo que ha llevado a sus comunidades a padecer los rigores del despojo, el desplazamiento forzado y la guerra debido a las disputas por las rutas de la economía ilegal.
Pese a ello, las comunidades negras y los pueblos indígenas que habitan esta zona rural de Buenaventura mantienen su vínculo ancestral con la tierra. En su historia de desplazamiento y retorno, que inicia hacia el año 2003, fueron transitando entre las actividades para su sustento y pasaron de la minería a la producción de cacao como proyecto productivo, pero también como alternativa en la sustitución de cultivos de uso ilícito. Sin embargo, en el 2021, la vida de estas comunidades nuevamente se vio truncada por la violencia y el desplazamiento.
Clara Torres hace parte de la Asociación de Agricultores y Cacaoteros del Bajo Calima y ahora es aliada de la Agencia de Desarrollo Rural en el mejoramiento de la producción de sus cultivos de cacao. Foto: Lisa Trujillo.
Las comunidades del Bajo Calima que fueron víctimas de desplazamiento ahora regresan a su territorio y son nuestras aliadas en la producción de cacao. Proyectos que son Maquetas de Paz. Foto: Lisa Trujillo
Este proyecto productivo es la oportunidad para transformar la región, promover la paz y el desarrollo sostenible. Foto: Lisa Trujillo.
Durante esta entrega, cerca de 400 personas tomaron la decisión de retornar para seguir trabajando por sus sueños, porque creen en su capacidad productiva y quieren ser actores principales en la transformación de su territorio. Luis Alberto Higuera, presidente de la Agencia de Desarrollo Rural, se movilizó hasta la zona y reconoció la importancia del retorno de estas comunidades: “Si volvieron es porque tienen esperanza en la productividad, en la cosecha con remuneración adecuada y justa para subsistir. Si no, uno no vuelve. Primero, porque lo han amenazado; segundo, porque lo expulsaron de su territorio. Pero ese hombre y esa mujer que retornan todavía creen en su trabajo. Y si nosotros, como representantes del alto Gobierno, somos conscientes de eso, más que un deber es una obligación del Estado acompañar a esas familias con proyectos productivos”.
Persistencia, perseverancia y resistencia fueron las palabras con las que Virgelina Hurtado, Clara Torres y José Apolinar describieron lo que significa retornar. Para ellos, esta alianza con la Agencia de Desarrollo Rural significa la posibilidad de permanecer en el territorio: “Sabemos que con este cultivo podemos tener un ingreso más seguro para nosotros y para nuestras familias. Al país y a la gente les estamos dando a conocer que por medio del cacao podemos llegar a tener paz en nuestro territorio”, expresó Virgelina.
Por su parte, Guadalupe Viveros Caicedo, representante de ACABAC (formada al interior del Consejo Comunitario de la Cuenca Baja del Río Calima en 2013), mencionó que cada vez más personas quieren sumarse a la organización y al cultivo de cacao: “Estamos arrancando con 34 hectáreas que son de fortalecimiento y restablecimiento. Pero la idea es ampliar los cultivos porque hay más de 100 familias a la expectativa de que se les incluya en el proceso del cultivo del cacao”.
Gracias a este proyecto se aumentarán las posibilidades de sostenibilidad, mediante el acompañamiento integral para mejorar la cosecha, el desgrane, la fermentación y el secado de cacao.
El Bajo Calima es un símbolo de lo que es posible, cuando se decide priorizar el trabajo comunitario sobre las dinámicas de la violencia y la confrontación. Es el primer territorio de paz establecido por el Gobierno nacional, y en la Gira Semillas de Paz la Agencia de Desarrollo Rural se suma al esfuerzo de múltiples entidades en el camino de priorizar las necesidades de las comunidades para transformar el territorio.