Del horror de la guerra a la exportación del cáñamo de cannabis 

La finca La Europa, en Sucre, ha sido testigo de una larga y dolorosa lucha por la tierra que ha protagonizado el campesinado colombiano. Desde la creación de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), en 1967, hasta la entrega de la finca a las familias campesinas en 1969, se vislumbraba un horizonte de esperanza en la búsqueda de justicia agraria. Este sueño se vio eclipsado por la falta de inversión en proyectos productivos y por décadas de violencia y despojo, con episodios de presión para el abandono de las tierras y una escalada de violencia entre 1980 y 1996. A lo largo de la historia, grupos ilegales incluso llegaron a contar con el apoyo de agentes estatales, lo que contribuyó al desplazamiento y la muerte de campesinos y campesinas de La Europa. 

En la década de 1990, cuando la guerra se fue trasladando de Córdoba a Sucre, el Frente 34 de las extintas Farc-EP hizo presencia en el territorio. Más adelante, en el 2000, allí se estableció la guerrilla del ELN y, después, los grupos paramilitares con el autodenominado Bloque Montes de María de las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que desplazaron y despojaron a la mayoría de campesinas y campesinos de La Europa. Entonces, el número de familias que aún quedaban se redujo a cinco. 

Con la desmovilización paramilitar, entre 2006 y 2008, algunas familias retornaron con el acompañamiento y apoyo decisivo de la defensora de derechos humanos Ingrid Vergara. Pero muy pronto el miedo llegó con una empresa llamada Arepas don Juancho, que compró a 270.000 pesos la hectárea, un precio irrisorio comparado con el valor comercial de la época, que oscilaba entre los 3 y 4 millones de pesos. Los campesinos y las campesinas empezaron a manifestar su descontento y en 2014 uno de los líderes de La Europa, Andrés Narváez, fue víctima de un atentado. Un año antes, Andrés había llevado el caso de la finca ante la Unidad de Restitución de Tierras y este quedó a cargo del Tribunal de Tierras de Bolívar que, a la fecha, no ha emitido un fallo. 

A pesar de los desafíos y las tragedias sufridas, las comunidades campesinas de La Europa no han claudicado en su lucha por la justicia y la restitución de las tierras. En respuesta a sus exigencias, la Agencia de Desarrollo Rural (entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural) hace presencia con la primera inversión pública en toda esta historia de lucha por la tierra, con la cual se seguirá impulsando en todo el país la Reforma Rural Integral y la paz total. 

Ir al contenido